Aerodyca, una pyme marplatense, es la única fábrica de aviones no tripulados de la Argentina.

Aviones no tripulados de ala fija que fabrica Aerodyca

Aviones no tripulados de ala fija que fabrica Aerodyca

¿Una pyme que fabrica aviones? Seguramente usted, lector, se imaginará que para diseñar y armar un avión se necesitan talleres enormes y cientos de trabajadores manipulando máquinas estrambóticas. Sin embargo, en Aerodyca, la primera fábrica de aviones de ala fija no tripulados de la Argentina, trabajan menos de una decena de personas en un hangar del Club de Planeadores de Mar del Plata. Una pyme familiar.

Para contar esta historia hay que remontarse al año 2008 cuando Andrés Ferrín fundó la empresa que ahora se encuentra en la Ruta 88, camino a Batán. O quizá haya que ir más atrás en el tiempo, hasta su infancia, cuando Andrés descubrió el hobby del aeromodelismo. Su padre, piloto planeador, y los tíos de su madre, carpinteros aeronáuticos, fueron el mejor caldo de cultivo para que en el garaje de su casa empezara a construir modelos de aeronaves.

Aerodyca realiza todo el desarrollo de la aeronave

Aerodyca realiza todo el desarrollo de la aeronave

En el año 2000, con un grupo de amigos, compitió en un campeonato de aeromodelismo en Rosario y salieron campeones nacionales. Fue entonces cuando la Base Aérea militar de Mar del Plata lo contactó para diseñar un avión Pagasus para remolcar blancos aéreos. “Hasta la actualidad sigue en vuelo. Han pasado 25 años y se sigue usando. Eso despertó en mí la necesidad de continuar avanzando y diseñando nuevos modelos. Ya tenemos 14 diseños distintos y más de 80 aeronaves fabricadas”, cuenta Ferrín.

El remolque de blancos aéreos es fundamental para el entrenamiento militar. “Sería como esos aviones de publicidad que pasan por la costa. Se le pone la manga al avión y se dispara allí en el entrenamiento”, explica Andrés y agrega: “Había una necesidad muy grande en el país. No había aviones de fabricación nacional y los blancos aéreos que se usaban en el exterior, que era directamente tirarle a la aeronave, tenían costos muy elevados. Nuestro diseño permite tirarle a un blanco de bajo valor económico. Además, hoy todos los vuelos son de navegación autónoma. En sus inicios el operador lo operaba manualmente. Hoy es todo vuelo automático”.

La empresa trabaja desde un hangar en el Club de Planeadores de Mar del Plata

La empresa trabaja desde un hangar en el Club de Planeadores de Mar del Plata

En Aerodyca realizan todo el desarrollo de la aeronave, con algunos elementos importados, como los motores automáticos o a inyección que traen de Estados Unidos y Alemania. Pero el diseño del avión y la incorporación de la tecnología lo hacen el predio marplatense.

“Tenemos dos líneas de fabricación. Por un lado, están los aviones enfocados al desarrollo militar, construidos bajo unas normas internacionales de la OTAN, que son las STANAG. Además, tenemos una línea de uso civil donde la fabricación es más sencilla, las reglamentaciones son otras y por eso también es mucho más económica”, describe Ferrín.

Las aeronaves que fabrica Aerodyca las usan las Fuerzas Armadas y también clientes civiles

Las aeronaves que fabrica Aerodyca las usan las Fuerzas Armadas y también clientes civiles

“Nuestro mayor usuario son las Fuerzas Armadas. En 2003 diseñé un avión Lechuza 460, un avión de 4,60 metros que se incorporó al proyecto Lipan del Ejército”, relata y continúa: “En el medio civil tenemos muchos usos. Hace cinco años fuimos los primeros en desarrollar un sistema VTOL. Un sistema VTOL tiene la ventaja de que no necesita pista ya que la aeronave despega y aterriza en forma vertical, como si fuera un dron”.

Esos aviones se pueden utilizar para vigilancia o para análisis de suelos. “Por ejemplo, para el uso del campo vendimos un sistema que hacía fotografía termoespectral y, según el análisis de la fotografía, se le cargaba a las máquinas que fertilizaban el suelo los productos necesarios”, se explaya.

En ese sentido, el Chimango 650 es el mayor desarrollo de la empresa, cuyas cámaras a bordo y su autonomía lo hacen ideal para el control fronterizo, la vigilancia de parques nacionales, la inspección de oleoductos, el control costero y la detección temprana de incendios forestales. “A diferencia de un dron, que puede operar hasta 40 minutos, nosotros tenemos aviones que pueden operar hasta 6 horas”, afirma Ferrín, quien financió su empresa con capitales propios y con un plan de financiamiento otorgado por la Unión del Comercio, la Industria y la Producción de Mar del Plata (UCIP).

Uno de los 7 trabajadores de Aerodyca

Uno de los 7 trabajadores de Aerodyca

“Somos siete personas trabajando acá en la empresa. Después tercerizamos algunos trabajos sencillos, como un ingeniero electrónico que trabaja con nosotros. Así sacamos adelante a Aerodyca y somos la única fábrica de aviones no tripulados de la Argentina”, finaliza.

Escrita por: Guadalupe Farina