El sector de Mujeres Empresarias de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (MECAME) realizó un relevamiento entre el empresariado femenino de nuestro país a fin de conocer la situación actual e identificar   las problemáticas que deberán afrontar en los próximos meses.

Entre otros temas, se abordaron las consecuencias que tuvo la cuarentena, la falta de tiempo para realizar actividades y la desigualdad de género.

Entre las “problemáticas que genera la pandemia en cuestiones de género”, más de 230 mujeres empresarias de 20 provincias coincidieron que las consecuencias del aislamiento social, preventivo y obligatorio, que se desarrolló a lo largo del año pasado fueron, notorias. En lo que refiere a las secuelas que produjo la cuarentena, los resultados fueron los siguientes:

  • El 22% de las encuestadas afirma que cerró su empresa/emprendimiento de forma permanente.
  • Por otro lado, dentro de las empresarias que no cerraron, la mitad (52%) tuvo que re-convertirse para poder subsistir.
  • Esta reconversión implicó: el 44,1% adoptó la virtualidad como medio de venta y contacto con los clientes, el 16,1% cambió de actividad dentro del mismo rubro, como por ejemplo las textiles, que fabricaban ropa y comenzaron a producir barbijos, el 8,6% apeló a incorporar nuevos productos y/o servicios, y otro 8,6% redujo sus actividades y los servicios que prestaba, 5.4% cambió de rubro y 17,2% otros.

Pobreza de tiempo

Otro tema destacado fue la pobreza de tiempo, por la carga de tareas domésticas y de cuidado que debieron afrontar las mujeres, para las cuales en general, no cuentan con ayuda. Éstas tareas no les permiten competir de igual a igual con los hombres en el ambiente de trabajo. En lo que respecta a los quehaceres domésticos: El 49% lo realizan solas, el 27% tiene ayuda externa y el 24% indicó no ser la única responsable.

Todo esto generó que un 80% de las mujeres consultadas haya tenido que ceder horas de su trabajo y/o atención a la empresa, lo que evidencia el concepto de pobreza de tiempo y las desigualdades que genera.

Desigualdad de género:  perspectivas a corto plazo

 

También se les consultó a las empresarias y emprendedoras acerca de las perspectivas a futuro sobre determinadas temáticas de género.

Respecto a evolución de la paridad de género en un futuro cercano (alrededor de 5 años) el 52% de las consultadas considera que la desigualdad que va a disminuir, el 37% piensa que va a seguir igual, y un 11% entiende que va a aumentar.

Ahora bien, cuando se les preguntó sobre su visión a futuro en materia de brecha salarial, los resultados arrojados fueron los siguientes: El 50% de las empresarias indicó que iba a mantenerse igual, el 36% considera que va a disminuir, y el 14% que va a aumentar.

A partir de estos resultados se puede deducir que, si bien muchas mujeres manifiestan que en determinados aspectos culturales y/o sociales la paridad de género se está logrando, aún no se está dando en los salarios y en el acceso a cargos jerárquicos, lo que impacta directamente con las oportunidades de progreso.

(Salarios inferiores = Menos Independencia Económica - Menos Aportes Jubilatorios).

Asimismo, se les consultó si consideraban estar en desigualdad con respecto al empresariado masculino.

El 56% de las mujeres empresarias no considera estar en desventaja, (observan las mismas oportunidades, las mismas capacidades y que trabajan a la par) el 6,9% señaló que tanto los salarios como las ganancias eran similares, mientras que un 44% sí considera una gran desventaja  en el acceso a cargos de decisión, salarios, estima y reconocimiento.