Lejos de llegar a un acuerdo entre el Estado, el sindicato y las entidades empresarias, en el marco de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) se resolvió el pago de un bono de fin de año de $10 mil pesos para trabajadores rurales, por única vez y en tres cuotas mensuales –entre diciembre y febrero-.

El bono alcanza al personal permanente de prestación continua comprendido en el Régimen de Trabajo Agrario (Ley 26.727), los trabajadores de las actividades avícola, porcina, conductor tractorista, maquinista de cosechadoras, agrícolas que se desempeñen exclusivamente en las tareas de recolección y cosecha de granos y oleaginosas; y trabajadores que realicen tareas de aplicación de productos fitosanitarios.

El beneficio contó con 4 votos positivos por parte de los representantes del Estado y de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE). En tanto, las entidades empresarias votaron negativamente (2 votos).

Al integrar la CNTA, CAME participó del debate y, si bien no tuvo voto en esta reunión -solamente lo tienen dos entidades empresarias de forma rotativa-, manifestó su disconformidad.

Entre los argumentos expuestos, la gremial empresaria de las pymes planteó en primer lugar la falta de rentabilidad que atraviesan las actividades, crisis que se agrava ante la falta de financiamiento a tasas acordes. Además, afirmó que los salarios de los trabajadores rurales han acompañado la inflación, con el esfuerzo que esto supuso para los empresarios, quienes deben afrontar en esta época del año el pago de aguinaldos. Por último, CAME volvió a insistir en que debe evitarse la desaparición de empresas y puestos de trabajo durante la pospandemia.