En virtud de la necesidad concreta de dar respuesta a una problemática de las pymes ante la magnitud de la pandemia por el COVID-19, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) enviamos una misiva al jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero; al ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, y al titular del Banco Central de la República Argentina, Miguel Ángel Pesce, a fin de solicitarles que para acceder al beneficio del salario complementario dispuesto por el Decreto 376/2020 no sea obligatorio informar la cuenta bancaria del empleado, teniendo en cuenta que unas 280 mil micro y pequeñas empresas, que generan un importante caudal de trabajo registrado en el país, pagan sus salarios en efectivo, en parte para evitar el costo financiero de esas cuentas.
Actualmente es requisito de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que los empleadores carguen el CBU de sus empleados. Sin embargo, esa restricción no contempla los bajos niveles de bancarización de Argentina, donde casi un millón de trabajadores formales no percibe su sueldo por medio de los bancos. De esta forma, quedaría fuera del beneficio específicamente el segmento de empresas más sensible, ya que cuentan con menos acceso al financiamiento y recursos para enfrentar la crisis.
Si bien sabemos y celebramos cada una de las medidas tomadas por el Gobierno nacional con el objetivo de aminorar el impacto de la pandemia, así como somos conscientes del esfuerzo presupuestario que eso significa, es fundamental que todas las pymes por igual puedan acceder al salario complementario.
Asimismo, para que el trabajador cobre su salario, y a fin de fomentar la inclusión financiera y la bancarización en esta coyuntura de aislamiento preventivo, proponemos que el Banco Central disponga que los trabajadores no bancarizados accedan a cuentas bancarias gratuitas, sin costo ni de extracción ni de mantenimiento.
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